domingo, 16 de noviembre de 2014

Habitar el grito







Quiero romperte el silencio de las entrañas.
Sacarte los te quieros a bocajarro hasta que te ahogues de tanta verdad,
ser el centro de tus lienzos.
Que habites en mí como lo hacen las dudas a disgusto.

Quiero mirarme la piel y sentirla mía,
conocer mi piel y así
conocer la tuya.

Quiero que un día entres por la ventana y me despiertes
y no pueda pararte;
quiero que irrumpas en mis pulmones y abras la inmensidad a mis ojos.

Quiero ser nada,
quiero ser tierra con hierba húmeda.
Quiero saltar y yo yo yo
agua.

Quiero acabar con el poder y empezar con la cultura.
Acabar con la dictadura del yo, del nosotros y del ellos.
Y empezar con nuestra anarquía...

Antes de que desaparezca

Me falta su esencia y me falta todo...

De qué un móvil si no me lleva a ti.
De qué una puerta si no estás detrás.
De qué un armario si no va a oler a ti.

De qué un duelo conmigo misma si estoy derrotada ya.
De qué una navidad, si se ha muerto en mí la poesía.

Te llevo escrita, te llevo cantada, te llevo en la boca, te llevo en los ojos.
Te llevo en el poso de cualquier beso perdido.
Te llevo y me repites, me repites, me repites.

Y no quiero dejar de recibirte aunque me caiga cada vez que vengas.
Llevo tu tinta en mi sangre.

No quiero ser gran arquitecta si no puedo construir tu pasado.
No quiero cantar si vas a salir de mí en estampida y me vas a dejar sin nada.

Soy un saco de vacíos que se han acumulado desde que saliste.
Soy el pingüino que se quedó atrapado en el deshielo.
La rosa que se desnudó las espinas para entregarse en perfume.
Soy el espejo del espejo de un reflejo retardado,
apreciando el pasado antes de que desaparezca.