No cortan tus palabras,
no cortan tus puñales,
no sangra la poesía
no lloran los segundos
no hablan las palabras
no escuecen las heridas
no luchan papel y mina;
no corre el mar por ti.
No existen los fantasmas
y no se puede adelgazar
saludablemente y sin depresión
u otro trastorno de lo que sea
cinco kilos en una semana.
Tú me has cortado
y estoy tratando de reanudar
el discurso de la piel;
tú has sangrado por mí
y has conocido mis lugares
con menor distancia al núcleo.
Tú hablas cuando canto
con una guitarra en las venas.
Tú escueces
mucho,
tú escueces
y luchas con mi razón
y corres como mil caballos
con la meta en el mundo.
Y desde hace un tiempo
creo en algún que otro fantasma
como la recreación de mi mente
de tu manera de coserte a mí
como quien se cose la almohada a un sueño
para que no termine.
Hace un tiempo que me da igual comer sano
y la váscula dice lo contrario:
tras-tornado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario