martes, 4 de marzo de 2014

A veces creo latirla

Tengo una bandera que ondea sin viento 
tan dentro de mí 
que a veces creo latirla.


La soledad es

como la ropa interior.
Hay gente que se hace bandera de ella
y acaba sucio, roto y sin recambios.

Mi soledad es
como mi ropa interior,
una soledad cómoda;
amable si sabes cómo acariciarla
para que te sueñe,
si sabes cómo soñarla
para deslizarla hasta los tobillos.

Mi soledad siempre se acuesta conmigo
aunque casi nunca
se levanta antes que yo.
Es suave
y aparece cuando estoy sola; cuando nadie me ve;
cuando me visto para ser animal una vez más.

Mi interior no es solo
lo que mi ropa huele.
Mi soledad no es por dentro
lo que visten mis palabras.
Mi ropa;
interior.

Mi soledad no es
más que la soledad bien educada,
que sabe ser mía y a la vez
de un cajón que cambia según cambie
el tamaño de mi soledad.

Mi soledad da de sí;
pero nunca da de mí
si no es conmigo.






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