me ha huido y yo la he dejado huir.
He dado con todos sus trucos
y razones.
me ha mentido con balas de cristal;
no las ves hasta que te palpas el pecho
y del dolor sientes aullar dos corazones,
ya no estás sola.
Contamina tu sangre y la cristaliza
cada vez que intentas ser uno sin más.
La sangre se te aferra al corazón como
negándose a correr en un sacrificio crispado y
te das cuenta de que tienes que ceder
a pesar de las palomas en tu chistera.
Cometimos el error de intentar ser uno
y terminamos en mitades incompletas
que se encuentran sin querer;
buscándonos a nosotras.
Y ahora te miro,
y me miras con ojos inviolables;
con lo que me gustaba a mí violarte el alma
con la mirada.
Y ahora palpo mi pecho,
y arde por una poesía que tus ojos
no han visto nacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario